El intrépido señor NO.

Ayer fui una víctima de las manos enguantadas del intrépido señor NO.

Que cual duende de las fiestas irlandesas, corretea sonriente entre las personas bebiendo sus tragos y jugándoles diversos azares azarosos del azar.

A paso preciso y sin apuro, decidí sumergirme en el oscuro pasaje de la línea D. Pero el COSMOS no acordó con el DESTINO, en una pulseada universal. Y por fuerza de la sinergia de poderes incomprensibles, fui birlado de un bien. Tangible y sólo mío. Me fue arrebatado sin cuartel.

Ya bajando por la escalera de cemento visualicé una pesada masa amorfa compuesta por centenares de personas apiladas contra el filoso andén. Cogoteando en la oscuridad en búsqueda de la enorme oruga metálica y chirriante. Pero ni signos de ella.

Mis pantalones contenían 4 cosas de gran valor para mi:

1.- Mi billetera, fuente de toda razón y justicia. Que en su lomo de cuero reza "BAD MOTHER FUCKER", tal como la de Jules en "Pulp Fiction".
2.- Mi celular de marca BlackBerry. Eterna máquina infernal esclavizante y grotesca. Con teclado qwerty y batiseñal.
3.- Mi ipod. Oblongo compañero negro. El musicalizador del soundtrack de mi vida. El Dj de mis escenas diarias. Un amigo. Un tributo a la evolución. MÍO.
4.- Mi equipo masculino. Mi títere y su equipaje. "Perdón señor, va a despachar?" - "No, muchas gracias. Lo llevo en la mano".

Llevaba algo más, algo que algunos olvidaron en los ojos de otra persona. Encerraron en el cajón de su mesita de luz. Se les escapó a la vuelta de un abrazo o simplemente, les queda desprolijo...

Llevaba mi sonrisa.
¿Suelen llevar eso ustedes? Yo la tengo siempre a mano, ayer la tenía puesta cuando aconteció este trágico episodio. Eso me vestía. Y alguien más la notó allá, a lo lejos de la decencia y del buen gusto. Viaja dentro del chorro que el sifón escupe en una fina copa de Cabernet.

Siguiente plano.

El intrépido señor NO. bajó al mismo andén que el Ministro que les escribe. Pero por el lado contrario y por escalera mecánica. A un lado, para que la gente pase junto a él y le permita un panorama claro de las ovejas que balan y se apretujan para llegar a su establo. Ojos fríos pero precisos, como un calidoscopio girando y mostrando mil pequeñas cámaras donde nosotros vemos una sola. Identificando como el Terminator (de la 2) a cada una de las personas que pastan donde él caza. ¿Quien le teme al lobo feroz?

Dio una suave peinada al último escalón de la escalera mecánica y caballerosamente se hizo a un lado para dejar pasar a más corderitos con gentileza. Palmada al aire y cabeza egipcia haciendo el paso de Maicol en el video "Thriller". Atentos, toda esta información es vital.

El intrépido señor NO. ahora avanza. También lo hace el Ministro, lado opuesto. Un bebé llora a lo lejos y un señor de traje se tira un sordo y por las dudas tose tres veces. Dos chicas detrás suyo que no paran de hablar, se lo fuman completo con la boca abierta. Wally cambia de posición jodiéndole la búsqueda al lector y se escabulle detrás de una señora que bufa como una estufa (no pega, pero Arjona hace lo mismo y vende).

La cámara cambia de posición y nos muestra al Ministro, caminando entre las personas. Encableado con auriculares que se unen en el centro de su cara con la sonrisa, que todavía porta intacta. Hace dos a la izquierda, punta-taco-punta... clap clap! punta-punta-salto y se funde entre la multitud para acercarse al borde del andén. Silencio. Y cambia el track del ipod.

"Man in the mirror", de Michael Jackson. Comienza a sonar



Yo no pude detener el frenesí que inundaba mi cuerpo. Chasqué mis dedos, mordí mi labio inferior y solté el inicial "UUHUUU... óh!" y mandé un toque de cabeceo egipcio. Ojos entrecerrados. Quien eres? Hermosa melodía que te fundes en mis oídos y me llevas a un lugar mejor... "... if you wanna make the world a better place, take a look at yourself, then make a change!"

Cuando visualicé la oruga y su contenido, decidí retirarme del lugar. No quería viajar hecho una maldita sardina, podía tomar el tren. Sí. ME IBA.

Plano en primera persona del intrépido señor NO.

Ve a un pibe que sonríe, se muerde el labio, baila como un estúpido en el lugar y chasquea dedos. A veces mete algún bocado de letra "... real good..." y lo sabe. Se enamora tan solo por un segundo. No es una persona, es un bambi oliendo una flor en primavera. Es un duende bajando en tobogán con sus brazos hacia arriba. Es un Koala abrazando a su mami. Es ÉL.



Se acerca entre la gente, ojos puestos en la presa. Furtivo, veloz y ágil como el humo entre las ovejas. Pasa, sube, baja, corre, disminuye, hace el "macarena". Ojos en la presa.

A dos centímetros de la presa. Pero se retira! Qué demonios, se aleja. Hay que actuar rápido. Como un elástico apoya una zapatilla contra un zapato ajeno y se estira. Sus dedos, suaves se deslizan por el aire como tanteando la oscuridad. Cable... bolsillo... cuero. BINGO! Apresan fuerte y con 10 veces la velocidad de un parpadeo retiran y embolsan. El cable se desprende y el ipod se aleja.

Yo ya enfilado hacia las escaleras y llegando al estribo de Maicol siento el corte melódico y bajo la vista. El final del cable de mis auriculares resplandece contra mi cinturón, como un péndulo meciéndose hacia una predicción. Giré y vi cientas de personas de espaldas. El subte se retira... queda silencio. Silencio.

Retiré los auriculares de mis oídos y con media sonrisa hacia un lado dije "Bien jugado.... Bien jugado".

Me chafaron el ipod en el subte, che. Me cago en la reputa madre.