Asado nocturno / El comensal rojo

La nota va en dos partes.
Es larga, eh? Pero vas a ver cómo te gusta. A mis amigos los hizo reír.
(Eso sonó pésimo. PÉSIMO).

PARTE UNO.
"Asado nocturno"

El viernes llegamos a las 12 de la noche al campo.

- 4 amigos
- 3 vinos
- 2 autos
- 1 asado

Todo comenzó amenamente. Pusimos algo de buena música, servimos 4 copas de vino, armamos una pilita de carbón en la parrilla y le mandamos chispa. Una noche diferente se iniciaría con el correr de la ruedita de un encendedor y las primeras figuras danzantes del fuego, alzando sus naranjas brazos al cielo para crecer.

Brindamos por nosotros y por la situación. Por estar bajo las estrellas en medio del campo a punto de comer unas carnes a la parrilla. Sonreímos mirándonos a los ojos y nos hicimos algunos chistes internos gastados, pero eternos.

Los perros nos rodeaban observando con ojos brillosos, sabiendo que estaban invitados al festín. Algún hueso y varios mimos serían parte de su banquete.

La primera botella de vino pasó del color morado a ser transparente en escasos minutos. Plop! hizo la siguiente, de manos de Matún quien sonreía anticipando algún comentario ácido. Y fuimos felices.

Cerca de la 1 am, Arru ya tenía los labios morados por el dulce cáliz Malbec y ya todos habíamos entrado en calor; cuando la ovejera "Veta" dio el ladrido de mando y salieron los restantes detrás de ella, cargando hacia la tranquera. Dos luces de auto nos observaban desde allí, acercándose a una velocidad pareja (no apta para un camino de tierra).

Cuando vi el auto estacionar debajo de unos árboles cercanos, tomé mi copa y salí a paso redoblado (el paso, yo todavía no estaba RE doblado. Sólo pintoresco). Me acerqué por el frente al auto con una amplia sonrisa y en el asiento del acompañante lo vi. No lo conocía. Alguien había venido en el auto de dos amigos, a quien yo no conocía. Un invitado, no invitado. Un comensal diferente.

PARTE DOS.
El comensal rojo.

Juan bajó del auto sonriendo. Estaba vestido con una campera roja 4 talles más grandes que él. Ahí dentro entraba él, su familia, mi familia, tu familia y la familia Ingalls. Un escudo de Huracán, bordado con hilo blanco, se veía de vez en cuando sobre su pecho. Sobre su cabeza (o lo que quedaba de ella), un gorro rojo fuerte, de Ferrari.

Tenía la cara de Aladdin después de una noche de abuso... Con un mechón de barba justo debajo de su labio inferior en forma de cuerno. Algo bastante loco. Tez medianamente oscura y una sonrisa inmutable. Hablar casi no podía y no caminaba, se teleportaba. En el transcurso de la noche lo vi a 200 metros en medio de los pastizales con su campera roja (mirándome sonriendo) y al darme vuelta a buscar mi copa, lo tenía al lado (aún sonriéndome).

- Todo bien Juan? (sonriendo con temor)
- Tdséh... (con mirada de navaja y su sonrisa diabólica)
- Bueno, mirá si querés acá hay quesi-... Juan?
Juan no está.

Recuerdo un momento de la noche en la que lo miré a Tincho (uno de los que había viajado con él hasta el campo en auto) y le dije "Che, y Juan dónde está?"; y para mi horror Tincho me miró extrañado y me dijo "Quién es Juan?". FUCK!

- Habré imaginado la presencia de un comensal rojo?
- Será que estoy viendo gente de Huracán de nuevo?
- Habré dejado comida para Sócrates antes de irme?
- Le tiro un mensaje a mi abuela de que quiero plata y no calzones?
- Tincho está totalmente loco?
- Están todos tratando de matarme?
- Qué demonios!!!

Y volví:
- Ministro: Tincho, no me jodas. El mutante de campera roja.
- Tincho: Ah! ¿Se llama Juan?
- Ministro: Gusano! Vos lo trajiste! No sabés cómo se llama?
- Tincho: No, yo no lo traje. Yo lo conocí en el auto.
- Ministro: Sacate las babuchas! (frase muletilla de asombro)*.

*Esta frase de asombro me ha traído problemas cuando estuve delante de mujeres en babuchas y dijeron algo que me sorprendió.

Juan estuvo en el asado y fue como si el asado hubiera sido sólo para conocerlo. De hecho, estábamos todos bastante preocupados y no hay ninguno que no haya salido con sus propia ancécdota sobre Juan.

Una de las mías es así:
Estaba hablando con Matún cuando Juan le pasó en estado ZEN por al lado. Se tropezó con algo y su mochila cayó al piso tirando UN ARMA sobre la tierra. Se lo notó incómodo y rápidamente la guardó nuevamente mirando hacia todos lados con culpa. Yo, que había abierto los ojos como si hubiera apoyado el títere sobre una hornalla, lo miré a Matún (con esa misma cara); y él lentamente quitó sus ojos de la mochila de Juan y me miró con pavor. Leí en ellos la frase "Llamá a mi vieja. Llamala ahora".

Ya era suficiente con tener un comensal desconocido (hasta por la gente que lo había traído). Era tolerable que no pudiera hablar por los alucinógenos. También comprendimos que tenga la capacidad de teleportarse sonriendo y que sea de Huracán. Pero ARMADO!?

HORMIGÓN ARMADO!!
Maldita sea, que lo pan con queso, me caigo y me levanto y la punta del obelisco. Esto era demasiado y yo no iba a permitirlo. Decidí acercarme a la parrilla y mirarlo bien fijo para que sepa que algo iba a suceder y se prepare. Para juntar fuerzas, tomé un pedazo de chorizo y me lo clavé. Para mayor seguridad, me corté un pedacito de matambre. De forma tal que no haya dudas, corte un pedazo de tira y la puse entre dos panes. Me corté media morcilla vasca y la puse sobre un plato. Todo esto no podía comerlo sólo, así fue que rellené mi copa de vino. Puse dos panes más sobre la parrilla para tostarlos. Corté un pedazo más de chorizo y lo puse sobre un pan con chimichurri. Bebí un sorbo de mi vaso de vino y miré la copa con alegría. Ofrecí un pancito con morcilla a uno que pasaba y me lo clavé antes de que lo acepte.
Todo esto, mientras lo miraba a Juan con cara de culo.
Tanta comida me metí en la boca que no pude masticarla y comencé a toser vino y asado compulsivamente al punto de sentir que él me había maldicho con su mirada de Gitano loco!

Los muchachos enseguida llegaron para socorrerme. Uno me puso una mano en la espalda con fuerza suficiente para matar un enano. Otro me pateó el trasero como si le debiera plata. Otro llegó y me dijo "Comés como un mono en prisión, animal". Llegó otro y me dijo "Te comiste toda la vasca? sos un forro".

Juan me miraba desde el fondo, sonriendo.
Yo sonreía también, y tosía... sujetando mi copita de vino.

Encima te reís? pará Ministro, te vas a morir. Pegale en la espalda con un palo, así se alivia.

NONON qué palo? pelotudo. Ya está... cof.. ta bien, toy mejor. Cof!

Uno lo miró a Juan y le dijo "Viste este bestia? Le ponés un asado adelante y come hasta quedarse sin aire. Si querés matarlo, esa es la forma..."

"Si... querés... matarlo..."

Sabía que esa noche no iba a dormir.
Aún me cuesta. Sé que Juan está por ahí, bajo la lluvia, mirando mi balcón sonriendo. Sé que en cualquier momento se va a una carnicería de barrio y me compra un buen asado para matarme.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
las bondades de la pepa!!!
Minister ha dicho que…
Anónimo: Jajaja! Cuánta bondad tiene para dar, eh? El vino tinto tibio le hace el aguante.
Rocío urdax ha dicho que…
pero como? por què? COMO LLEGÒ UN DESCONOCIDO A LA MESA? UN DROGÒN ARMADO!!!! AAAAAAH!

a este paso, va a dejar huerfanitos a sòcrates y a copete. los adoptarìa de corazòn, pero no es lo mismo para ellos..
Johnty ha dicho que…
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Johnty ha dicho que…
Realmente inquientante.

Me recuerda a un comic que leí hace como 30 anhos, en el cual un tipo levantaba en la ruta a una mina que hacia auto-stop, que además estaba buenísima.

Y esa mina era LA MUERTE.

Se vé que sabe adquirir distintas formas.
Jueves ha dicho que…
Miedo. Mucho.
Ponchis Dalí ha dicho que…
¡OH LED ZEPPELIN! ¿Cómo carajos...?
Me agarró el tic en el ojo y una sensación de miedo mientras me desgarraba la garganta en carcajadas silenciosas (porque son las 4:30 de la matina y todos duermen). Encima la puerta de mi pieza se abrió despacio, como en las películas de terror. ¡Ahora me traumaron, che!




PD: Chicos, que pasen lindas fiestas y no se embriaguen...demasiado. :)
Ale ha dicho que…
Qué miedo ver gente de Huracán.

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