Los lunes no quiero a Lourdes

Lunes de nuevo.
La base de pozo depresivo en que muchos de nosotros empezamos la maldita semana.

Pero existen algunas técnicas para salir de tal estado de tristeza y horror que nos inhunda. Esa sensación de que nos queremos volar las pelotas con una ametralladora y quien te dice, llevarnos a alguno que otro con nosotros...

Pero no. Posta que hay cosas que se pueden hacer. Les enumero dos:


  • Músicalizando una viviencia horripilante

    Yo viajo en tren, en hora pico. En Buenos Aires. En Argentina. O sea, yo soy de los que se quiere inmolar a diario. Me pasa seguido de viajar al lado de una persona con olor a basura, de pegarle con el codo en la cara a una embarazada y de que me mire una vieja con cara de orto diciendo "a mí no me vas a robar, mal viviente!", aferrándose a su cartera del año '30 llena de píldoras, pañuelos, papeles y 4 billetes de dos pesos con oraciones religiosas escritas. O sea...

    Pero, colocándome un par de auriculares y dándole play a mi pequeño aparatito negro con un volúmen interesante, puedo ingresar en mi mundo melódico. En el proceso, veo como el sorete que durmió en un volquete, la embarazada del orto y la vieja pedorra se van haciendo figuras borrosas, fuera de foco. Y yo desaparezco lentamente y ya casi no estoy ahí. Posta que ayuda.

  • Compañeros laborales descartables

    Todos laburamos con algún que otro salame (especialmente los almaceneros). Me refiero a esos personajes que hacen chistes boludos y agresivos en complicidad, que se te ríen pegados a la cara y hasta cometen la fatalidad de empujarte o palmearte (TOCARTE!), para compartir un chiste. Como si hiciera falta el contacto físico.
    Cuando digo en complicidad, me refiero al ejemplo: "Miralo a éste! Qué cara de haber estado toda la noche de fiesta con hombres!", y te sonríe sumándote, señalando a un tercero. Mal chiste. Pésimo timeing. Cero tacto social. O sea, un horror. Más si es lunes a la mañana.

    Pero claro que hay soluciones. No son siempre efectivas, siendo que uno debe mantener la cordura y responder con lo políticamente correcto. Pero a mí me gusta mucho algo que vengo aplicando infaliblemente, y es así:

    Fase "A": El pancho tira el chiste y en cámara lenta se gira hacia mí para sumarme.

    Fase "B": Me alejo con tiempo para estar físicamente inaccesible de tocar y cuando me comparte el chiste lo miro y: entrecierro los ojos, asiento lentamente y meto los labios para adentro diciend "Hmm". Siempre con la cara condescendiente que dice "Sos un pelotudo. Qué lástima nos da a todos, que seas un pelotudo. No me toques".

    A la larga lo perciben. A la larga, porque claro... son pelotudos.
  • Nosotros atendemos clientes. Eso es una cagada, pero puede ser entretenido cuando uno después habla de ellos. Porque fuera de joda, el "cliente" es la peor mierda de la historia. Lo son cuando los atendés y lo es uno porque te atienden como el orto. Es un círculo anal: Mierda-orto-... y así.


    Hoy hablábamos de box a box con Kike:

    K: Ale, mirá la mina que está sentada esperando
    M: No la veo, ya la llamó para atender Sole.
    K: Tremendo.
    M: Pero porque es un bagarto o es una zorra terrible?
    K: Un poco de ambas...
    M: ??!!?!?!

    Comentarios

    Soy ha dicho que…
    Creo que si no fuera por la música que acompaña el ir y venir en cualquier transporte público ya me hubiera tirado abajo de alguno.
    Y si no fuera por la música que acompaña la jornada laboral ya me hubiera despedido por insoportable.
    La música es todo.

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