Tensión al límite

Finalizando el día viernes aquí en la oficina...

Una de las cosas que más me agrada hacer los viernes a la tarde es poner música divertida. Pienso en cosas originales, las pongo y dejo de trabajar. Simplemente espero a que se empiece a rajar la gente para irme yo también.

Hoy, mientras buscaba el tema de Nyan Cat en Goear, Kike (mi compañero de empresas) me dijo la siguiente frase "Mati está cagando en el baño. Jijiji".

Para muchos de uds eso no implicará nada, más allá del acto desagradable e información totalmente inútil. Pero para nosotros, siendo además que "Mati" es un animal de metro ochenta y pico con 130 kilos de peso (y fuerte instrucción militar); es el momento IDEAL para tirarle papeles, basura y agua por arriba de la puerta.

Por lo que dejé cargando el tema "Nyan Cat" y salí corriendo con Kike al baño.

Matías, el animal que estaba sacándole el habano al cachetudo, nos escuchó llegar y advirtió: "Si me hacen algo, salgo y les tiro con mierda". Fue feo. Nos detuvimos un momento ante semejante posibilidad. Y continuamos.

Le tiramos agua, papeles mojados, basura, biromes, carpetas, vasos... todo lo que había a mano.
Y salimos riéndonos como dos colegialas, al trote. Cada uno a su box mientras Matías aullaba y vociferaba atrocidades. Blasfemaba a nuestras personas, nuestra intregridad física y a nuestros familiares más próximos.

No terminé de llegar a mi box, cuando alegremente arrancó el tema que había dejado cargando y ahora les brindo para que escuchen mientras leen el resto:



Sabía que se venía algo grave. Lo sabía.

Kike esperaba con los ojos llorosos en la escalera, riendose y temblando de nervios a la vez. Una inocente compañera nos miraba a ambos, en medio del campo de batalla. En eso, se gira y pone cara de horror al ver venir a Matías y huye.

Al verlo, lo entendí.

Matías venía con la escobilla del inodoro riéndose y en la punta un papel higiénico... totalmente amarronado por sí mismo.

Comenzó entonces, con esta música de fondo, una de las persecuciones más horribles de mi vida. Creí infartarme 3 veces al menos cuando sentí que ese papel me pasaba cerca de la cara... Kike sufrió una descompensación en una vuelta en la que el papel le toco el cuello y casi muere en el acto.

Finalmente sobrevivimos.
Creo que eso fue lo más traumático y horrible que me paso en el trabajo en años.