Abocado y profundizado

En estos momentos estoy violentamente abocado a mi carrera.

Para aquellos que no lo sabían, estudio abogacía. Y hace 3 años aproximadamente que vengo diciendo "el año que viene me recibo". Bastante patético pero la persistencia y la constancia son mis dos mejores aliadas. Será con un promedio lastimoso y teniendo más cursada que la mayoría de los profesores, pero sigo...

Hay dos razones por las que no terminé todavía la carrera:

1. Estudiar derecho me da ganas de dormir y de ordenar mi casa
2. No es común recibirse de abogado durmiendo y ordenando una casa

No me importa, yo me voy a recibir.

En estos momentos estoy cursando 3 de mis últimas 5 materias. Una de ellas, realmente fascinante, se llama "Derecho Constitucional Profundizado".

Dejenme contarles: He cursado materias a las 7 de la mañana de lunes a viernes e incluso los sábados después de salidas destructivas de viernes; y NUNCA me he dormido tanto como en esta materia.

Lo más divertido es que me niego a dormirme y hasta se me ha cruzado salir, mojarme la cara y volver. Pero es inútil. Y también debe ser terriblemente ridículo verme para mis compañeros, porque me pasan 3 cosas:

a) Empiezo a quedar entre sueños y paso a tomar nota de lo que dice el profesor mezclado con el mundo de fantasías. El ejemplo de hoy es esta frase que escribí: "Todos los jueces conservan sus cardos".

Ignoro totalmente por qué los jueces tienen cardos y cómo los conservan. Pero seguro es pregunta de parcial. Algo mezclado con la autoridad competente y la botánica.

b) Empiezo a cabecear MAL al punto de casi estrellar la cara contra la mesada y levantarla en el límite con volarme la nariz y empapar a mi alrededor a todos de sangre. De lejos, ha de parecer que me estoy convirtiendo en el hombre lobo, porque cierro los ojos y me bamboleo como si sufriera espasmos. Además, creo, que emito sonidos. Sonidos de quedarme dormido. Son una mezcla de gruñidos y palabras incoherentes como "Ranas!" y abro los ojos para notar que la niña a mi lado se aleja disimuladamente y asustada. Acto seguido el profesor mira en mi dirección esperanzado y dice "Sí, una acotación!", mientras yo lo miro azorado.

c) Se me cae... todo. Todo se me cae. Pierdo toda capacidad motriz (como cuando te quedás dormido, no?) y primero se me cae el celular. Después una hoja, el ipod, la mochila, el abrigo y finalmente la birome. Hoy se me cayó la birome 4 veces. A la última, mi compañero a la izquierda me dijo "Dónde quedó?" y le respondí "Dejála, no la uso igual", mientras leía estupefacto las pelotudeces que había anotado en el cuaderno.

Eso no es todo igual.

• En casi todas las clases levanto la mano y acoto. En algún momento siempre algo digo y suele ir en contra de lo que piensan todos los demás.
  
  
• Cada vez que un compañero saca una conclusión y me pregunta si está bien, asiento con la cabeza y trato de ser lo más ambiguo posible: "Sí, bueno, pero no siempre". Y capaz el pibe me preguntó cuándo es el parcial.
  
  
• Despotrico contra los abogados y me causa gracia que se hagan llamar DOCTOR aún en el momento más informal: "Disculpe DOCTOR, tiene la bragueta baja y hace una cuadra que tiene un pedazo de papel higiénico pegado al zapato"
  
  
• Suelo desafiar a los niños que se comen los códigos de desayuno y van a la facultad para recitarlo. Sobre todo a los que arman frases con palabras sofisticadas delante del profesor sólo para hacerse los complejos. Le he dicho a uno una vez: "Perdoname, no entendí nada de lo que dijiste. Podés repetirlo en otras palabras?"

Y después, claro, están los que se enamoran de la profesión y tratan a los consultantes del práctico como si hablaran con el Gerente de Legales de una multinacional.

"Disculpe que le pregunte, pero si bien el último domicilio conyugal denunciado coincide con la prueba documental presentada por la contraparte, la presunción de paternidad no resulta verosímil en concordancia con las fechas expuestas ut supra."

Respuesta: eh?

Ministro: Te está preguntando si cagaste a tu marido.