Refrescando a mi jefe

En mi espacio laboral no todos estamos muy sanos de la cabeza.

Sin ir más lejos, vengándome de una lluvia de papelitos que me tiró mi co-equiper decidí llenar un vasito de telgopor de agua y tirarlo sobre su box con vaso y todo.

Luego de una risa absoluta que provino de su box (dentro del que yo no veo, porque nos separa un panel cerrado), llegó un comentario que fue: "Sabés qué es lo peor?" - "Qué?", dije yo.

"Acá está Mariano" (mi jefe).
Claro que sí.

Escalé lentamente el panel y agarrado con los deditosde la parte superior, llegué en puntas de pie a ver por encima a la figura de mi jefe de traje.... firmando un documento, totalmente empapado y con una cara de violencia desconocida.

Sigo con empleo, de pedo. Pero quien me quita contárselo a los pibes!!! JOJORIJÓ!!
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Algunas cositas que me están cascando las nueces ultimamente:

La gente que hace un chiste básico y pelotudo cuando te cortás el pelo
"Qué, se te achico la cabeza?". Conseguite una vida.


La gente que habla de costado
Si es porque recibieron un golpe, la idea es que reciban otro que los empareje o al menos los ubique.


Hacerme el lagartija y tirarme al sol sin protector y quedar hecho una brasa
Si me mirás fijo, me duele. Posta.


Que el ascensorista del Palacio de Justicia siempre me deje afuera cuando me toca pasar
La próxima, prometo decirle "Te enciende sexualmente dejarme afuera, no?" Y si dice "Qué?" le hundo una piña en la cara y huyo por las escaleras riendo locamente.


Tropezarme en la calle
Me pasa TODOS los días. Es inevitable y siempre hay gente alrededor. Siempre.


Volcar el café siempre que lo revuelvo
Debe ser culpa de la taza, la cuchara y la inclinación DEL MUNDO.


Las facturas con dulce de membrillo
A quien le gustan? No me jodan.


La Avenida Cabildo
No quiero ir nunca más. Nunca.