Otto, el pulpo bardero

Encontrábame surfeando el mundo de redes interconectadas conocido como "la internés" cuando me topé con una nota del Telegraph, un diario británico.

Resulta que en el pueblo de Coburg, en Alemania, hay un acuario en el que un buen día hubo un tremendo corte de luz. Fue causado por un corto-circuito y desencadenó una bocha de quilombo, porque muchos de los habitantes de las peceras dependen de los filtros y las bombas de agua para sobrevivir.

¿El responsable? Otto, el pulpo.

Al parecer, a Otto (un agradable pulpo de 75 cm) le molestaba una luz que le habían instalado cerca porque era muy fuerte y le pegaba "directo en la pelada" (palabras textuales); entonces lo resolvió asomándose a la superficie y escupiendo un chorro de agua directo a la lamparita. La electricidad y el agua tiene una mala relación desde hace siglos, así que de ahí salió todo el corte de luz y demás historieta.

Lo mejor de todo no es sólo esto. Lo que realmente sucede es que en invierno, cuando el acuario está cerrado y por ende no hay visitantes, OTTO EL PULPO SE ABURRE.

Los cuidadores y demás trabajadores del acuario lo han visto:

- Haciendo malabares con unos cangrejos

- Revoleando piedras hacia las paredes de vidrio (dañándolas)

- Reordenando TODOS los elementos de la pecera

O sea que básicamente es un pulpo que cuando está embolado le hace la vida imposible a los demás abusándose de su superioridad física y de su gusto por la decoración de interiores, cual matón adolescente afeminado.

Un grande Otto, el pulpo.

Imaginate ser un pobre cangrejo ermitaño que vive ahí... por empezar, sos un cangrejo ermitaño con lo cual ya compartir pecera con más gente es algo que no te cierra. Pero además, te levantás una mañana y mientras te comés las Zucaritas vienen y WEEEEEP de repente te están revoleando por ahí junto a dos compañeros más. Esa misma noche, te vas a dormir un poco mareado y cuando te levantás al día siguiente, está TODO cambiado de lugar (tu casa, los semáforos, el bosque), cosa que no ayuda al mareo y la desorientación. Y esa misma tarde, ves cómo se resquebraja el vidrio que te separa de ESE OTRO MUNDO EN DONDE NO SE PUEDE VIVIR.

Estresante.