En vuelo

Sobrevolando los cielos del mundo, todo es diferente.

Un ejército de elefantes oscuros marchan al norte, pesados y de gran porte. Braman al cielo y al ritmo de un tambor hacen temblar la tierra. Son el bombo.

Enormes y oscuros pájaros sobrevuelan nuestro cielo, oscureciéndolo. Las tinieblas nos persiguen y rodean. Sus picos se abren y al unísono silvan y chillan. Sus alas parecen armar flechas que fugaces cortan el azul en dos partes.

Las nubes, vivas, se baten y forman gigantes almohadas. Suaves y piadosas.

Conejos, por todas partes. Sentados sobre sus patas marcan el sabor contra el suelo. La tierra agita el polvo al ver caer sus manotas. Y brincan, de un lado a otro. Y hacen una danza de la proeza sobre una piedra. Con sus manos, parecen batir cremas.

Monos, que en perfecta sincronía bailan igual que Justin Timberlake. Aplauden al aire y quiebran cuellos de un lado al otro.

El gran sol va cayendo, pero cayendo en gracia sonríe. A lo lejos un hombre grita "Han de ser los platinos" y otro llama "Candyman", mirándose inverso en una cuchara.
Otro más dice "pírley, qué sale hoy?". El aire lo rodea.

Verde, sale de entre las hojas de un gran arbusto, una señorita. En paños menores y tres la siguen. Son verdes de tez, han de haber bebido verde, té.

Cataratas de cerveza caen de un peñazco y se estrellan contra un suelo árido que las recibe con un enorme suspiro de placer.

Bocas de fuego encienden humos de placer y exálan, generando un enorme sauna de transpiración. Pero corre un viento fresco. "Un frescor", grita el Alí volador... con alas de fénix que salta y se lanza en Bungee Jumping a la nada misma.

Ardillas, vestidas de rojo y verde, cantan al unísono. Agitan sus colas y trepan veloces por un árbol. Llegan a su copa y de su copa beben, honrando a la oscuridad que va tiñendo la noche. Son encandilantes estrellas las que giran en el profundo océano del cielo y ríen con insubordinación de la luna.

Mariposas nos rodean y cantan también. Interminables Fa de pecho. Ascienden entre nosotros y juegan entre sí a no tocarse. Sus alas, de brillantina son.

Dos puños se apretan. Dos ojos se abren.
Una cabeza se alza, sobre todas las demás y mira desafiante a la luna. Una batalla está a punto de librarse. Un planeta acelera su giro y un globo se escapa de la mano de un niño y sube hacia su libertad.

Dos duendes, tomados de sus brazos, saltan al caminar y cantan dulcemente.




Lentamente se van acercando a la gran fogata que ilumina sólo sus caras.
Eso, es volar.

Comentarios

Dana Eva ha dicho que…
y qué viaje!
Ananá ha dicho que…
ves? X eso no dejan fumar hierba en los aviones!
Leandro ha dicho que…
pesimo y aburridoooo, internet le da lugar a cualquier mamarracho que se quiere hacer el cortazar jajajajaja

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