Q-Pi Doh!

En la antigua era, en tiempos de dioses y héroes, rodeado de celestiales paraísos y doradas piletas de miel, nació un pequeño ángel. Valentín fue nombrado.

Sus padres eran una hermosa pareja de claros cabellos y celestes ojos. Ambos, albinos. Lo amaron desde pequeño, pero temieron por su futuro en el paraíso. Si bien era un ángel, era muy diferente a los demás.

Usaba su túnica tres veces más grandes que su talle y había estampado un 52 en la espalda. De su cuello colgaban rosarios de oro con cruces muy grandes que él llamaba "saint blings". Logró forzar su aureola para que mirara a un costado. Si caminaba lo hacía semi agachado como un mono y si volaba lo hacía pegando pequeños brincos en el aire. Hasta llegó a pintar sus alas con enormes lenguas de fuego.

Por tener una onda muy especial, sus amigos lo llamaban "el copado". En las lenguas del paraíso, "cupido". Y como el finalmente se hizo llamar y estampó en sus túnicas: Q-Pididi-Oh!

Iba siempre calzado con una ballesta plateada que colgaba a un costado de sus prendas. Dicen algunos que fue el creador de las blasfemias cuando un día se refirío a María como "The untouchable pussy cat doll".

Jehová al principio se reía gustoso de este pesado angelito que habitaba sus nubes, pero terminó por agotarse cuando un día tocó su hombro y Valentín se volvió con los brazos abiertos y le dijo "Show me the love Niggah". Sus padres se horrorizaron a tal punto que casi salen al sol para tapar su boca. El Edén estaba pasmado. San Pedro venía pegando onda con el tema de los coros rapeados, pero esto era demasiado. Faltarle el respeto a Dios, a la virgen María y referirse a las doncellas como "religious hoes", era la gota que rebalsaba el Santo Grial.

Le dijeron que no podría volver a los cielos hasta que haya esparcido suficiente amor y respeto por el mundo terrenal. Por piedad, le permitieron usar su ballesta para lograrlo y le dijeron que a medida que cumpliera con su pena y se redimiera iría volviéndose merecedor de regresar.

Así es que Q-Pididi llegó a la tierra. Al principio no fue fácil, los humanos tenían alguna clase de virus llamado "histeria" y Satanás venía haciendo crecer una nueva corporación llamada "Sexo casual" que estaba pegando fuerte.

No le quedó otra que abrirse paso a los flechazos. Portó su ballesta humeante por toda la tierra. Tiró a quemarropa a mucha gente, uniéndolos en amor. Muchos salieron perdiendo, otros robaron como hijos de puta. Pero al tiempo notó que su color se esclarecía, su pelo se enrulaba y sus mejillas se llenaban de color. Fuera de ir con el ipod escuchando a Snoop Dogg, estaba haciendo el bien. It's all for the L-o-v-e.

Si bien su trabajo ha sido prodigioso, al día de la fecha ha decidido quedarse por motus propio entre nosotros. De paso, se permite blasfemar a su manera de vez en cuando. Por eso cuando cruzamos mirada por primera vez con una criatura que nos fascina... podemos seguir escuchando muy a lo lejos un "Fuck yeah!, bitches"

Por el deseo, por el cariño. Por tus besos, por tu piel. Por las caricias, las sonrisas cómplices. Las lágrimas y los gemidos. Los abrazos, el olor dulce y el gusto suave de una boca. Por nosotros mismos, por el corazón de esa persona que necesitamos tener. Por amor...

Vamos a celebrar el maldito día de San Valentín alias "Cupido", enamorándonos. Enamorando y amando un toque más.

El Abasto, shopping particular, ha lanzado una campaña para celebrarlo que contiene un miniprograma para crear postales y enviarlas. Es fácil, no es estupendo, pero es original.

Les propongo entrar y mandar una postal desde el lugar del mundo que prefieran con la imagen de nuestro buen Q-Pididi a aquella persona que necesita que la claven... digo, que LE claven un buen flechazo esta semana.

Comentarios

martín ha dicho que…
tremendo
MariaN ha dicho que…
JAJJAJJAJ DE LAS COSAS Q UNO SE ENTERA LEYENDO IGNOMANIA...FANTASTICO! NUNCA PENSE HUBIERA UN ANGEL "NO RUBIO"...HEY!

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