A un fin...

Despedirse, decir adios y cerrar una puerta cuesta muchísimo. Pero es más fuerte cuando se trata de una persona...

Yo cerré y me cerraron puertas de amigos, parejas, niñas, familia y relaciones. Más de una vez sentí una mirada helada a mis ojos, un frío mimo de despedida... unas terribles palabras de cierre. Muchas veces lo busqué yo, pero qué duro es cuando uno no se siente culpable. Y lo cierto es, que siempre se tiene un mínimo de responsabilidad.

Pero si uno vive del amor y logra que alguien que lo sentía ya no lo sienta, ¿cómo se reemplaza ese lugar? Nadie puede hacerlo. Podemos cambiar la emoción y la persona, pero aquél que lo ocupó no va a repetirse por más que aparezca alguien parecido.

Es parte de crecer y evolucionar. Es parte de curtir la piel y el corazón. Madurar.

Espero abrir más que cerrar corazones, pero pase lo que pase ya nunca me quiero olvidar de todos aquellos que desaparecieron de mi vida, sin desaparecer el planeta. Todos aquellos que alguna vez se acercaron tanto a mí que tuvieron en sus manos la posibilidad de cambiar mi destino. El timón para hacerme sonreír o llorar, la decisión de darme fuerza o debilitarme...

Pensé en nombrarlos, uno a uno en esta nota... para que sepan (si alguno llega a leer esto), lo importantes que fueron aunque las cosas no haya terminado bien. ¿Les importartará? ¿Alguno tiene también una lista, un nombre... una persona, que recuerda y recordará por siempre? Yo sí.

Espero animarme algún día a tallar sus nombres en alguna piedra, más allá de que siempre queden adheridos a mi corazón. Porque su paso por el mundo no fue casual para mí.

Siempre me fascinó la idea de dos personas, nacidas y con vidas totalmente distintas. Que viajan, viven y sienten. Que lloran, ríen y aman... sin saber que allá está otra persona que viviendo su propia experiencia, por un cruce del destino puede aparecer. Contagiar una sonrisa, un abrazo.. una mirada cómplice y hasta un beso y quizás un "te amo" o "sos mi amigo". Increíble? Yo creo que sí pero que es de esa magia que podemos lograr todos.

Lágrimas ruedan y mueren en una sonrisa.