De facturas

Es hora de que, como sociedad, nos pongamos las pilas y seamos sinceros de una vez:

Las únicas facturas que valen son los churros y las medialunas.

Todo bien con las de crema pastelera y los cañoncitos, pero si no vienen no hay historia.
Y de las que quedan... ni hablar. Las bolas de fraile traen despecho, los vigilantes aburren y cualquier factura con membrillo hace mal en existir. Las tortas negras tuvieron su auge pero ya no van y ni siquiera quiero entrar en el terreno de las que tienen durazno o manzana. ¡Durazno en una factura! El durazno va solo o en un licuado, nada más. Si no me equivoco, éste había sido el deseo al morir de Van Nostroff Durazno, el inventor de la mencionada fruta.

Juira!

Me pasó, sobre todo en el trabajo, de estar pidiendo facturas y tener que decir "pero mandame sólo churros y medialunas". Y ojo que cuando digo medialunas digo PRIMERO de grasa, y después de manteca, con dulce de leche o con pastelera. Porque aguante el dulce de leche y la pastelera, pero no da inventar una excusa de factura sólo para ponerle estos ingredientes... se los mandamos a una medialuna y listo.

Y los churros... según mis estudios, los hay de tres tipos:
- simples (un churro que... no tiene nada más)
- con dulce de leche
- bañados en chocolate

De esos tres, sólo el que es con dulce de leche es el que vale. El primero lo pedís si no hay de los otros y tratás de imaginarte el dulce de leche; el último lo comés sólo si alguien lo trajo y te dice "¡Viste! Te traje churros porque se que a vos te gustan, y además conseguí con chocolate que es mejor". Pero no camarada, no TODO con chocolate es mejor.

Y me voy con esa frase controversial:
No todo con chocolate es mejor.

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