Corazón de hierro

El fuego nace, crece, se alimenta, se reproduce y muere. ¿Llegó el momento de cambiar la definición de "seres bióticos" de Ciencias Naturales del colegio?

Como sea.

Hoy es el día de los enamorados. Dividamos en dos grupos gigantes a la gente: (1) A los que les importa este día y (2) A los que no. En el grupo (1) Puede haber gente que está enamorada de otra persona y tiene oportunidad de brindar con la misma, esté a distancia o no. Y aquellos que están enamorados pero imposibilitados de dar un mimo, aunque sea con palabras, al dueño de su corazón.

En el grupo (2), por igual. Tenemos gente enamorada y gente que no lo está, pero por igual ambos dos sienten que este día "les nefrega". Aquellos que están enamorados y en pareja pueden hacerse los bólidos brevemente, porque si su media naranja opina diferente tendrán que arrodillarse y rendir homenaje al día. Por lo menos, por el otro.

Para mí el día de los enamorados es una pelotudez. Igual, claro. Todos aquellos que hoy se hayan disfrazado de osito cariñoso. Hayan comprado un corazón de miel y le hayan enviado un desayuno con un preservativo a su primor, les digo "Bueno". Cada cual, hasta cierto punto, hace lo que siente. O se sienta donde hace.

Siempre me pregunté si habría alguna historia detrás de todo esto. Algún pelotudo que se suicido en honor a su novia en la época medieval. Alguna zorra que traicionó a su adinerado marido y huyó con el juglar de la corte en el pasado... Nadie lo sabe. Y no me interesa si hay gente que sí lo sepa. En esta nota, no se sabe.

Quiero sí, decirle algo a la gente de cada grupo. Así ya saben:

1. Te importa este día. Aprovechás para festejarlo, hacés ofrendas y quizás te copes con una pose sexual nueva o gastar un billetín en un resto. Disfrutalo, pero no rompas los huevos a tu pareja si no lo ve igual. Y muchísimo menos le tires en cara que vos lo pasás bomba a gente que quizás le pase lo inverso.
   
2. Te chupa un huevo. Por resentimiento, por egocentrismo o porque sos una masa. No importa. Sí pensá en tu pareja y date cuenta que quizás le importa. O, sí pensá que a algunos les guste y date cuenta de que es infeliz lanzarse en una campaña Anti-San Valentín. Ese ángel gordo y albino que anda tirándole flechas a la gente (con un arma medieval), como si fuera algo bueno.

Y a uds, los comerciantes que se aprovechan de estas fiestas. Como el día del padrino, del gato pardo, del buey francés y del inconsiente. No se zarpen con pelotudeces. Sobre todo porque este año los va a recibir con un bife de revés y van a quedar todo el año como huevos en la heladera: Paraditos en la puerta.