Amanecí sospechoso de un delito

Qué lindo es que sea viernes. Qué agradable amanecer el último día de la semana a pasitos del finde. Qué buena mañana, no? NO.

El viernes me despertó un timbre distinto del despertador, el de la puerta. Era mi portero. Minutos más tarde, me encontraba llamando a un abogado buscando un penalista que me asesore. ¿Les cuento la historia?

El jueves, como todos los jueves hicimos Manteca al Techo!, señores. Vino de invitado el inigualable Arru e hicimos un programa muy muy feliz. Pedimos pizza, bebimos una fresca, unos fernets... un champagne... Y a su término, luego de escuchar un rato del grabado programa, bajé a abrirle. Saludé al muchacho gordito de seguridad y me lanzé hacia el ascensor, dispuesto a realizar un salto ornamental directo a mi deliciosa cama. El ascensor ascendió, bajé a oscuras y metí llave. Atolondrado porque no abría, giré la llave y forcejeé con la puerta. Sin respuesta, intenté nuevamente arremetiendo un poco más, ahora quizás brutalmente. Esto continuó hasta que desde el interior escuché una serie de gritos, alaridos dasaforados y horror. Ante esto, dándome cuenta de que estaba en otro piso y asustado quizás, huí por las escaleras llevándome algo puesto (porque me desperté con un fuerte dolor acá). Llegué a casa, la puerta se abrió grácilmente y me fui a dormir.

Al día siguiente en calzones, despeinado y un tanto desorbitado llegué a ver por el ojo de pez de mi puerta al portero pálido y con cara de susto anal, diciendo: "Ale, ¿puede ser que anoche hayas intentado entrar en el depto de la Presidenta del Consorcio?" - "Sí..." - "AY!! Gracias a DIOS!! Creen que fue mi hermano que llegó a esa hora!! Gracias. Vení, ayudame que me quieren rajar!!"
Cáspita!

Bajé con el portero al piso de la señora, le tocamos timbre y abrió al grito de "Causa penal para todos!!!" (sin banderitas estadounidenses). Ante eso, si bien no quería que despidan al buen portero, no me dió para decirle que había sido yo y desplacé la culpa "Es que fue un amigo mío..." Les cuento la conversación. "La malco", es una señora que debe rondear los 60 años. Mucha producción (pero bien, no es un gato). Se nota que se cree tener más plata de que la tiene y necesita que los demás piensen eso. Habla como si se hubiera tragado un ganso cheto y es de esas mierdas que cierran los ojos para expresar la densidad de sus emociones (aquí les comento al respecto).

- Desquiciada (cerrando los ojos): Mirá, a mí no me importa nada. Acá estuvieron 2 patrulleros y el administrador del consorcio a las 5 am. Yo hice la denuncia y ahora voy a hacer la denuncia penal. A mí me quisieron forzar la puerta.
- Minister: Sí, no. Fue una tremenda confusión. Fue un amigo mío al que le presté la llave y el boludo se confundió de piso. Igual entiendo que ud se haya puesto mal, pero por suerte no fue nada.
- Desquiciada: Tu amigo tendrá que buscar un abogado penalista, porque yo voy a iniciar acciones. Que patatín y que patatán. Lalála. Pero por sobre todo, causa penal.

Giré sobre mis talones y me tomé la sien con una mano cerrando los ojos. Lo sujeté al portero de su camisita caqui. Samarreándolo y despeinándolo (es chiquito de tamaño), sin mirarlo y observando tenaz al horizonte le dije cual superhéroe a quien todos miran con ojos llorosos: "No temas Carlos, yo me encargaré de solucionar todo en la Comisaría. Vos, tu trabajo y tu familia estarán bien! Al igual que todo otro vecino de este edificio mientras me quede un poco de aliento en mis pulmones!!!" Lo solté por las escaleras y corrí hasta mi departamento con cara de serio y un toque de ganas de lavarme los dientes.

Una vez tras mi puerta dije "Ni en pedo voy a la comisaría. Ya veo que aparezco como un boludo alegre diciendo: -Buenas tardes, jaja. Resulta que anoche intenté entrar en el domicilio de una vecina, jajaja... pero no! Todo fue una confusión!!- Lo primero que hacen estos zánganos es meterme adentro hasta esclarecer todo." Así que la llamé a mi tía que es abogada (yo también lo seré algún día, pero no lo era el viernes). Ella dormía, era realmente muy temprano. Me dijo que era, efectivamente, un error pelotudo y que no me haga drama. Hablamos con un abogado penalista que confirmó nuestra teoría y lo llamé al Administrador. El tipo está de mi lado. Sólo lo llamo para pagarle las expensas así que todo en órden. Le dije que no había sido un amigo, que el boludo había sido yo. Me agradeció y agregó que no me preocupara más.

El sábado le dejé una notita a mi vecina bajo su puerta que decía que había pasado por allí (vendiendo maní), no la había encontrado y le dejaba mis datos para hablar cuando quiera. El domingo me la crucé en la puerta y quedó casi resuelto.

Mientras, me dediqué a bromear con el portero y el vigilador: "Voy a ir a hablar con la Sra, pero estaba pensando en tocarle timbre en vez de tratar de entrar a la fuerza como lo venía haciendo".

La verdad es que es un edificio precioso pero estoy rodeado de malcogidas. Incluyendo a una perra forra que vive en los primeros pisos y me enteré que es amiga de un conocido mío. Yo resulto un verdadero "pain in the ass" para esas momias del orto. Hago asados con amigos, pongo música tarde, hago la radio Manteca al Techo, voy a la pileta a cualquier hora... pero bueno. Fuck 'em.

Espero con mucho entusiasmo la próxima reunión de consorcio. Voy a mandar a más de uno a la concha de su madre y voy a aspirar a ser el Vicepresidente Junior Adjunto del Comité Principal de la Asamblea General del edificio. Desde ahí, entiendo que soy como el más capo. Una suerte de padrino. Asi que voy a tener un buchón que me cuente todo lo que pasa, un protegido que aprenda el negocio y un par de matones que me saquen a estas arpías de encima.