Jugando con dinero

Ayer fue noche de casino.

Esto va a sonar de viejita de Titanic, pero "Qué ambiente mórbido que tienen los casinos". Debía ser tipo 01:30 de la matina y LLENO de gente estaba el flotante. Gente, en general, mayor a los 56 años. Casi todos fumadores, pasados de peso, sudados y con cara de desesperación. Muy similar a Susana Gimenez teniendo sepso con Lanata. Esta gente tiene menos salud que Charly García, después de haberse confundido una menta con una bolita de naftalina en un inodoro público.

Humanoides caminando rapidito entre las mesas, contando enajenados las fichas y los billetes. Y entre eso, aire acondicionado del año '74 y croupiers con cara de orto emitiendo automáticamente frases como "Black Jack!" o "No va más, gracias" o "Empleados! se agradece" (cuando se le da propina).

A mí me divierte jugar al Black Jack. Estos son los pasos:

1. Caminar entre las mesas mirando la cara de los croupiers. En general las minas pagan menos, ni idea por qué pero te lo firmo que es así.
2. Una vez elegida la mesa, con poca gente y el croupier (si es gordito y pelado, paga más. Tampoco sé por qué); entonces separás una silla.
3. NUNCA jamás, te sientes en una mesa de Black Jack sin decir algo. Y debería ser algo gracioso como por ejemplo: "Se te acabo la joda". Creo que si el croupier se ríe de más, le cortan las bolas con una tijera sin filo. Por lo que es ley intentar hacerlos carcajear.
4. Ya sentado, lo mirás a los ojos... cambiás un poco de plata ahí en la mesa y ponés tu fichita. De ahí hay dos formas de arrancar: Con un Black Jack o con el culo roto. Entonces, todo va como sobre ruedas (todo = la plata y como sobre ruedas = se va).

La casa siempre gana. Es un juego de porcentajes. A la larga, el casino siempre se va a llevar más. Claro que si contar las cartas no es lo tuyo (como Rain man, que sólo quiere ver "El astuto"), tenés dos formas de ganar:

A) Jugar tranquilo y fijarse metas lógicas, como: "Si gano la mitad de lo que traje me voy". No pidas ganar el doble o romper todo, porque ya es parte de la segunda fórmula. Ayer un amigo perdió lo que tenía puesto. Saco una foto de su vieja que tenía en la billetera y dijo: "No es OOOH, pero es amena y buena persona. ¿Cuánto me das en fichas por mi vieja?". Ya llegando al final, dijo: "Ahora recupero todo". Sacó un crédito personal, se lo adelantó como parte de pago a un financista y apostó todo al colorado. Salió 13 negro. Pidió otra oportunidad y Juan Carlos Casino le dijo: "¿Sabés de dónde se colgaba caperucita la canastita? DE ACÁ!". Mi amigo se fue cabizbajo gritando "Cruz diablo" y refunfuñando "Estos juegan a ganar, no juegan para divertirse".

B) Jugar serenito (de chocolate y vainilla). Serenito, pero cuando te agarra la buena racha... ¿Cuando sos un Super Sayayin de pelo rubio, ojos de fuego, ardor en la piel y ves que el croupier te teme y se hace pichín cuando le pedís otra? Ahí mandale fruta y empezá a apostar como un guerrero. Donde ponías 1 fichita de osito cariñoso, hundile 4 bien de Rambo que coge animales y niños pequeños. Adentro. Como diría Pablo: Fráaaahh! Pedí otra pegando un fuerte golpe en la mesa para que salten las fichas de todos los demás por el aire. Trata de babearte por momentos. Desorbitá los ojos. Una mano, ni mires tus cartas. Hablá en otro idioma. Vomitá un poco. Quedate mirando al croupier con cara de perverso y los ojos bizcos... Todo esto, en pocas manos. Tus manos de la victoria sinfín.

Porque para ganarle al casino (ya lo dijo George Clooney, un pelotudo bastante fachero), hay que esperar al momento de gloria y apostar fuerte. Si venís con tutti y le tiraste con un surtido de fichas de colores a la mesa y estás listo para darle sin protección... ahí te los curtís. Y ahí pará TITÁN DE RAVIOL... HEMAN DE SACAPUNTAS!! Pará porque es una rueda de estadística y probabilidades y ni bien empiece a girar, lo perdés todo de nuevo.