Engendros en el gimnasio

Hace un tiempo que voy al gym y veo cosas divertidas. Creo que hay mucha gente enferma en esos lugares, mucha gente para cagar a patadas, mucha gente para mandar a matar y mucha gente para partirle una silla en la espalda y darle bomba muerta (olviden eso último).

El tema es que quiero comentarles algunos de los engendros con los que me cruzo en el gym.

• El rugbier que se comió un par de explicaciones
  En los gimnasios siempre hay rugbiers. Es fácil identificarlos porque los muy pelotudos van con la misma ropa con que entrenan. O sea, medias, shorts y remera de su club. Palurdos al cubo. Más allá de eso, los rugbiers tienen chapitas, culo del tamaño de Mercedes Sosa y panza de birra. Pero lo más divertido es que estos pascuales, casi todos, salen a la vida creyendo que por llenarse de barro, manosearse con sus amigos en una cancha e ir al gimnasio: pueden hacerle frente a Rambo. Y, no es así (léase sobre qué mas no es así, aquí). Entonces me encuentro con esta situación: Lo veo de lejos, pero qué hace, guiña un ojo, no... tiene un tatuaje. No, tiene una hinchazón violenta por una explicación que se comió el fin de semana de un buen pibe que le dijo "No es así, tigre" PIMBA!
• El sociable que paga una cuota para hacer amigos
  En casi todo gimnasio esta el típico salame que no transpira, no se le mueve un pelo, no gasta ninguna máquina pero sorpresivamente, pasa ahí 3 horas por día. Si señora, es el típico Juan Carlos que usa las máquinas para apoyarse mientras habla de su vida. Como yo a veces estoy estático en algún aparato, me veo obligado a escuchar lo que hablan. Le hablan a minas (en general bien viejas y ultra feas, pero estilizadas) y usan frases como "Ay, ni en pedo nena". No porque sean gays, ni porque le hablen a una "nena" ni por nada: Son stúpidos. No me rompen demasiado las bolas estos flacos porque no "ocupan" ninguna máquina. Yo diría que ellos, son los verdaderos aparatos.
  
• El hombre booboooo!
  Con el paso del tiempo me permití sacar esta conclusión: A mayor énfasis le pone un hombre al tamaño de sus músculos, menos ejercita los de su cerebro. O sea, son inversamente proporcionales. Y así las consecuencias:
  - CONAN: Éta la tas usándoh?
  - Minister (a media cuadra de la pesa que señala CONAN): Eh, no.
  - MAZINGER Z (se acerca): PELOTUDO!!
  - Minister (nadie alrededor. Se lo dijo a sí mismo): ...
  - LACOSA (levantando): AAHGGGG!! OOHH PRR PTÁAHHH!!
  -Un tercero cualquiera (mismo peso): uno... hmf... dos... tres...
  Es por eso que estos animales no me dan miedo, no debe ser difícil ganarles si están enojados, sólo hay que confundirlos.

De minas y otras mutaciones también les puedo dar calificaciones sin explayarme demasiado:

• La vieja fea que anda en calzas creyendo que esta buena porque no es gorda. Pero es vomitiva. Sobre todo porque si la mirás a la cara te transformás en piedra.
• La morsa atada con cuerdas que todavía no se reconoce en los espejos. La buscan los chinos para comerla y greenpeace para salvarla. Anda por ahí sin idea de lo que parece.
• El o la vieja con shorts. A esa gente por caradura y sorete hay que matarla de lejos. Con un buen tirador que los desintegre.
• El tipo grande que parece que lo vistió la madre. Tienen entre 40 y 55 años, shorts, remera de disney, zapatillas inóspitas y medias subidas hasta la rodilla.
• El personal traineer del gimnasio. Cree que su función es sonreirle hasta a las paredes y sumar la mayor cantidad de choque de manos que pueda, al grito de "Titán", "Campeón", "Masa", "Furia", etc