Senadores al ritmo de la noche
"Los senadores" somos 4 amigos, que nos apodamos así porque cada 15 días uno es nombrado Presidente y debe escoger un lugar nuevo para ir a cenar. El resto, es obvio.
El día viernes hubo sesión de los senadores, en mi casa. No era original la ubicación, pero nunca habíamos realizado una sesión ahí. Quiero aclarar que de los 4 senadores soy el único que tiene escaso conocimiento culinario, razón por la cual uno de ellos ofreció prestar su arte en mi ayuda y cocinó un epselente arroz con mariscos y peces diversos cuyos nombres desconozco. Todo muy feliz.
Luego de una exquisita comida, la cata de 3 vinos de diferente color (blanco, rosado y tinto) y un debate melódico, pasamos a una pucheta en el balcón y pláticas diversas. Entre ellas, el por qué de las mujeres que viven compitiendo entre sí a diferencia de los hombres. Es así, todo va a ser más fácil y llevadero si lo admiten de una vez.
Consumida esta etapa, servimos unos fernets y vaciamos en nuestros vasos los finales restos de vino. Ya estábamos los 4 senadores listos para caminar en diagonal. Así, surgió la idea de jugar a un emblemático juego en el cual se pasan temas antiguos (léase "Let's Dance!"), y se lleva la cuenta de quien adivina más nombres de bandas y temas del pasado. El desarrollo del juego comenzó con todo el nivel y conducta que pueden tener distinguidos senadores protocolares. Caballeros de la noche. Decoro y educación. Por turnos, cada senador sonreía y comentaba el nombre del tema, sumando puntos de forma tal.
Pero la bebida, la noche y el mismo frenesí de la música de los '90 ganó terreno. Mientras antes uno de estos señores levantaba levemente su mano y decía suavemente: "Tambo Tambo, esa es la gracia de este conjunto musical.", a lo que yo respondía "Así es, señor Tincho. Vence ud esta partida."; ya para muy avanzado el desafío, el cuadro ostentaba:
Un senador, aferrado de la baranda del balcón totalmente desquicidado, pegando pequeños saltos en su lugar cual chimpancé y gritando a viva voz hacia la nada misma: "Cacho Castaña, es Cacho boludo!!! CACHO!!!", a lo que yo respondía "Cómo sabés hijo de puta!! Cómo te acordássssss!!! JAJAJA".... Y así, al ritmo... al ritmo de la noche, llegó la policía. Alguien denunció ruidos molestos.
Bajamos a dar la cara y con una sonrisa la policía dijo que por ser la primera vez solo sería una advertencia. Al parecer no se puede hacer balurdo después de las 2 am (eran las 3).
Igual estuvo bueno...
El día viernes hubo sesión de los senadores, en mi casa. No era original la ubicación, pero nunca habíamos realizado una sesión ahí. Quiero aclarar que de los 4 senadores soy el único que tiene escaso conocimiento culinario, razón por la cual uno de ellos ofreció prestar su arte en mi ayuda y cocinó un epselente arroz con mariscos y peces diversos cuyos nombres desconozco. Todo muy feliz.
Luego de una exquisita comida, la cata de 3 vinos de diferente color (blanco, rosado y tinto) y un debate melódico, pasamos a una pucheta en el balcón y pláticas diversas. Entre ellas, el por qué de las mujeres que viven compitiendo entre sí a diferencia de los hombres. Es así, todo va a ser más fácil y llevadero si lo admiten de una vez.
Consumida esta etapa, servimos unos fernets y vaciamos en nuestros vasos los finales restos de vino. Ya estábamos los 4 senadores listos para caminar en diagonal. Así, surgió la idea de jugar a un emblemático juego en el cual se pasan temas antiguos (léase "Let's Dance!"), y se lleva la cuenta de quien adivina más nombres de bandas y temas del pasado. El desarrollo del juego comenzó con todo el nivel y conducta que pueden tener distinguidos senadores protocolares. Caballeros de la noche. Decoro y educación. Por turnos, cada senador sonreía y comentaba el nombre del tema, sumando puntos de forma tal.
Pero la bebida, la noche y el mismo frenesí de la música de los '90 ganó terreno. Mientras antes uno de estos señores levantaba levemente su mano y decía suavemente: "Tambo Tambo, esa es la gracia de este conjunto musical.", a lo que yo respondía "Así es, señor Tincho. Vence ud esta partida."; ya para muy avanzado el desafío, el cuadro ostentaba:
Un senador, aferrado de la baranda del balcón totalmente desquicidado, pegando pequeños saltos en su lugar cual chimpancé y gritando a viva voz hacia la nada misma: "Cacho Castaña, es Cacho boludo!!! CACHO!!!", a lo que yo respondía "Cómo sabés hijo de puta!! Cómo te acordássssss!!! JAJAJA".... Y así, al ritmo... al ritmo de la noche, llegó la policía. Alguien denunció ruidos molestos.
Bajamos a dar la cara y con una sonrisa la policía dijo que por ser la primera vez solo sería una advertencia. Al parecer no se puede hacer balurdo después de las 2 am (eran las 3).
Igual estuvo bueno...
Comentarios
me hace acordar a mis reuniones... (?)