Leonardo da Vinci en la cocina

Recientemente recibí como regalo un libro de apuntes de cocina de Leonardo da Vinci (me va mucho la cocina, no se si recordaban). Claro, el tipo además de pintor, escultor, matemático, ingeniero, arquitecto, geólogo, cartógrafo, músico inventor y anatomista era un amante de la cocina.

Más allá de ser interesante, el libro tiene cosas que son simplemente graciosas. Voy a copiar algunas:

Acerca del azafrán en el vino (y Gaudio Fullente)

Agregar azafrán al vino produce borrachera, que usted tenga mal olor y cambia el sabor de la bebida. Dado que no hay una receta acerca de cómo prepararlo correctamente, me extraña que mi estimado Gaudio Fullente me lo ofreciese tan frecuentemente, pero como él siempre está borracho y oliendo mal, cabe la posibilidad de que me equivoque respecto de su vino y sea él, en cambio, al que debiera despreciar.

Acerca de las cabras en la cocina

En mis cocinas no hay lugar para ninguna cabra. Cuando están vivas huelen mal y se comen todo, mis mesas y bancos incluidos. Muertas huelen aún peor. Para librarse de la hediondez de las cabras, líbrese de las cabras.

León marino

A causa de su mirada triste y gentil, hay mucha gente que es reacia a comer estar criaturas. Y los que pueden sobrellevar este remilgo reciben a cambio de su regodeo por llevar este animal a la mesa, poca compensación. Su carne es dura y tiene mal olor y, de acuerdo con mi opinión, sólo en caso de extrema necesidad debería ser considerada comida. Debido a esto, jamás iría a Ravena, dado que allí se hierve grasa de leones marinos durante todo el día para fabricar los famosos laxantes, y las personas dan esta grasa a sus hijos para que la mastiquen, y por ello crecen con tal olor a pescado que jamás pueden quitarse tal hedor del cuerpo, por lo que se casan solamente entre ellos.

...y por eso en Ravena se casan solamente entre ellos.

Un FENÓMENO.