Felino anti profesionalismo
Sócrates, mi gatito, no me deja estudiar. Hace un tiempo, es la razón fundamental por la que no puedo leer en mi casa y que me vaya epselente en los parciales.
¿Por qué? Sus razones? Han de ser o que no le caben los abogados, o que no le cabe que yo estudie. O algún complejo de inferioridad, pero siendo que es un gato, dudo que sea eso. Además con ese nombre, que no me venga a romper las bolas.
Pero la historia es así.
Cuando estoy en casa, suelo preparar la mesa del living y llenarla de todos los malditos papeles, leyes y códigos para leer. Mientras, dejo que el gato circule y haga su vida. Mataría que lave los platos u ordene un toque, pero nada... Lo dejo pasear. El problemita es que el sorete aprovecha mi concentración para luchar contra su némesis: El sillón. Corre vertiginosamente y poseso por el depto, se estrella contra el living y con sus uñas de mutante le da y hace arte. Entonces le grito. Como es lo mismo que nada para él y sólo se detiene para decir "máaauuuuuuuu?", lo agarro y lo meto en el cuarto. Cierro la puerta y vuelvo. Desde ahí me tortura también. Aúlla y rasca la puerta sin piedad. Nuevamente le imploro que se detenga (a veces descargando un golpe en la puerta), pero al toque vuelve.
Entonces me pudro, agarro todos los papeles y voy a mi cuarto. Cierro la puerta para que no haga cadorcha el sillón cuando no lo veo y me siento en la cama. Esto es posta. El sorete se sube, se acuesta sobre lo que estoy leyendo y me mira sonriendo "No... no vas a estudiar capo". Lo empujo para que caiga de la cama 10 veces mientras refunfuña, hasta que se cansa. Y ahí? Siempre encuentra un cable, un adorno o algo para roer.
Maldito! Maldito seas.
La UBA no me va a detener, pero puede que esta alimaña negra sí lo haga.
Igual te quiero gato, sos un buen tipo. Forro.

¿Por qué? Sus razones? Han de ser o que no le caben los abogados, o que no le cabe que yo estudie. O algún complejo de inferioridad, pero siendo que es un gato, dudo que sea eso. Además con ese nombre, que no me venga a romper las bolas.
Pero la historia es así.
Cuando estoy en casa, suelo preparar la mesa del living y llenarla de todos los malditos papeles, leyes y códigos para leer. Mientras, dejo que el gato circule y haga su vida. Mataría que lave los platos u ordene un toque, pero nada... Lo dejo pasear. El problemita es que el sorete aprovecha mi concentración para luchar contra su némesis: El sillón. Corre vertiginosamente y poseso por el depto, se estrella contra el living y con sus uñas de mutante le da y hace arte. Entonces le grito. Como es lo mismo que nada para él y sólo se detiene para decir "máaauuuuuuuu?", lo agarro y lo meto en el cuarto. Cierro la puerta y vuelvo. Desde ahí me tortura también. Aúlla y rasca la puerta sin piedad. Nuevamente le imploro que se detenga (a veces descargando un golpe en la puerta), pero al toque vuelve.
Entonces me pudro, agarro todos los papeles y voy a mi cuarto. Cierro la puerta para que no haga cadorcha el sillón cuando no lo veo y me siento en la cama. Esto es posta. El sorete se sube, se acuesta sobre lo que estoy leyendo y me mira sonriendo "No... no vas a estudiar capo". Lo empujo para que caiga de la cama 10 veces mientras refunfuña, hasta que se cansa. Y ahí? Siempre encuentra un cable, un adorno o algo para roer.
Maldito! Maldito seas.
La UBA no me va a detener, pero puede que esta alimaña negra sí lo haga.
Igual te quiero gato, sos un buen tipo. Forro.
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Comentarios
Los unicos momentos en que zafo de ella es cuando estoy en la facu o en el laburo... pero sino, es insoportable. Igual la amo, aunque destroce muchas cosas en la casa y sea muy moco (cosa no muy comun en los gatos... ella es mas bien perro, de tan dependiente de mi que es)
Porque si nos guiamos por la foto, claramente Sócrates, está aprendiendo Derecho por ósmosis anal.
Probá con leerle y se dormirá seguro. (?)
EL POBRE MISHINO SOLO QUIERE TU ATENCION, ENCERRALO EN OTRO CUARTO (?)
Apoyo la primer teoría; a tu gato no le caen bien los abogados.