El lugar correcto
Tres avanzan juntos. Dos cerebros suman entre los tres. Tres latas de cerveza en total. Un cigarrillo de marihuana bien armado. Dos personas fumadas. Una persona alcoholizada y negada a fumar. Un tema acústico sonando en el audio. Más líneas blancas pasando por debajo de la carrocería, como cintas sobre el camino gris.
Sonrisas y frases de utilería básica. No se conocen mucho entre sí y lo que saben quisieran olvidar. Alcohol, marihuana y cocaína (una para cada uno).
Uno va endurecido y vil. Más uno al volante, rojo y verde envuelto en humo, son dos. Sumamos tres con el que va sentado atrás al medio, con aliento dulzón y mareos intermitentes.
Pasan semáforos, avenidas, esquinas y personas. Entra el viento por las ventanas delanteras, hace una ola que baja, sube y sale por atrás. Quien acompaña desde el fondo cierra los ojos y escucha. El copiloto se sonríe a sí mismo con una mueca fría y siniestra. Con sus manos al volante, el tercero se queja con ojos pequeños y asiente a la nada.
Buscan llegar los tres a diferentes destinos pero a un mismo lugar. Los tres por caminos diversos pero en un mismo vehículo. Ninguno se equivoca jamás y la realidad parece hacerles ver que todo está bien. Cada tanto se frotan los ojos y niegan. De cuando en vez se duermen de día y viven de noche. Y quizás se den cuenta demasiado tarde, cuando haya recorrido demasiado camino.
Cruzan un puente, doblan a la derecha y entran por una calle de tierra y piedras. De entre las nubes los rayos de luz iluminan en complicidad con ellos y ya nadie habla. Pasaron horas, días y años en viaje. El auto se detiene con un leve chirrido y la orquesta del motor hace una pausa: "Es acá?"
Quizás el camino equivocado se transforme en el destino.
Sonrisas y frases de utilería básica. No se conocen mucho entre sí y lo que saben quisieran olvidar. Alcohol, marihuana y cocaína (una para cada uno).
Uno va endurecido y vil. Más uno al volante, rojo y verde envuelto en humo, son dos. Sumamos tres con el que va sentado atrás al medio, con aliento dulzón y mareos intermitentes.
Pasan semáforos, avenidas, esquinas y personas. Entra el viento por las ventanas delanteras, hace una ola que baja, sube y sale por atrás. Quien acompaña desde el fondo cierra los ojos y escucha. El copiloto se sonríe a sí mismo con una mueca fría y siniestra. Con sus manos al volante, el tercero se queja con ojos pequeños y asiente a la nada.
Buscan llegar los tres a diferentes destinos pero a un mismo lugar. Los tres por caminos diversos pero en un mismo vehículo. Ninguno se equivoca jamás y la realidad parece hacerles ver que todo está bien. Cada tanto se frotan los ojos y niegan. De cuando en vez se duermen de día y viven de noche. Y quizás se den cuenta demasiado tarde, cuando haya recorrido demasiado camino.
Cruzan un puente, doblan a la derecha y entran por una calle de tierra y piedras. De entre las nubes los rayos de luz iluminan en complicidad con ellos y ya nadie habla. Pasaron horas, días y años en viaje. El auto se detiene con un leve chirrido y la orquesta del motor hace una pausa: "Es acá?"
Comentarios
ya te linkeo este texto en "posts recomendados"
si, así de copada soy.
(dije copada, no gauchita eeeee)
que buen pos Minister!!!
Creo que estoy leyendo al proximo Huxley.
Saludos
GRACIAS POR DEJARME IMAGINAR QUIEN ES QUIEN.