El fin del precipicio rojo
Ignómanos de aquí y de allá.
Una vez más finaliza la semana, de nuevo es viernes.
Para aquellos que no me conocen, les comento que me gustan los viernes. MÁS que los sábados, mirá lo que te estoy diciendo. Porque queda todo por delante.
Sino, miren todos estos fragmentos de historias de los viernes:

Cerca de una florería, una pareja se encuentra en un depto pequeño. Se miran, se señalan, se guiñan un ojo, el flaco le pega un chirlo, a ella no le cabe y esa noche no tienen sexo.

A la vuelta de esa heladería hay tres pibes comprando una cerveza. Juan Carlos, Braulio y Waldo creen que la vida es eso. Piden de un litro, se olvidaron el envase y pagan por boludos. Waldo jodiendo le pega un codazo a Juanca y le baja una paleta. La vida no es sólo eso, te quedó la sonrisa de piano flaco.
A una cuadra de mi casa hay dos súper chinos. Entre ellos hay pica. Contabilizan cuánta guita ganaron entregando caramelos como vuelto, se visten de ninja y tipo 4 se van a cagar a palos a la plaza. Al parecer uno de los súper violó uno de sus códigos internos cuando dejó las heladeras prendidas y al día siguiente vendió calidad. Un forro. Seguro se cagan a patadas gritando como gatos en celo y vuelven siendo amigos.
Si te fijás cuando salgas a la calle, hace bastante calor. Yo digo que las chicas se saquen el corpiño y vayan sueltas y los hombres vayamos con la bragueta abierta. Es como llevar al nene a pasear en cochecito, dicen. Porque va mirando pero no se escapa. Y las chicas sin corpiño, también es una buena jugada. No les voy a explicar por qué, uds prueben.

Listo, en un rato me voy a una cena con mis compañeros de oficina. Acá en el oeste. Me pongo chaleco antibalas, me hago tres líneas en cada mejilla con un corcho quemado y me calzo una ametralladora al hombro. Igual ando con cagazo. Parece que algunos pungas ahora andan en tanque. Igual los escuchás venir (si querés saber cómo, leé acá).
Un saludo a todos los que me conocen y a mi vieja que me sé que lee. No lee este blog, pero lee mucho y por eso la saludo.
Una vez más finaliza la semana, de nuevo es viernes.
Para aquellos que no me conocen, les comento que me gustan los viernes. MÁS que los sábados, mirá lo que te estoy diciendo. Porque queda todo por delante.
Sino, miren todos estos fragmentos de historias de los viernes:

Cerca de una florería, una pareja se encuentra en un depto pequeño. Se miran, se señalan, se guiñan un ojo, el flaco le pega un chirlo, a ella no le cabe y esa noche no tienen sexo.

A la vuelta de esa heladería hay tres pibes comprando una cerveza. Juan Carlos, Braulio y Waldo creen que la vida es eso. Piden de un litro, se olvidaron el envase y pagan por boludos. Waldo jodiendo le pega un codazo a Juanca y le baja una paleta. La vida no es sólo eso, te quedó la sonrisa de piano flaco.
A una cuadra de mi casa hay dos súper chinos. Entre ellos hay pica. Contabilizan cuánta guita ganaron entregando caramelos como vuelto, se visten de ninja y tipo 4 se van a cagar a palos a la plaza. Al parecer uno de los súper violó uno de sus códigos internos cuando dejó las heladeras prendidas y al día siguiente vendió calidad. Un forro. Seguro se cagan a patadas gritando como gatos en celo y vuelven siendo amigos.


Listo, en un rato me voy a una cena con mis compañeros de oficina. Acá en el oeste. Me pongo chaleco antibalas, me hago tres líneas en cada mejilla con un corcho quemado y me calzo una ametralladora al hombro. Igual ando con cagazo. Parece que algunos pungas ahora andan en tanque. Igual los escuchás venir (si querés saber cómo, leé acá).
Un saludo a todos los que me conocen y a mi vieja que me sé que lee. No lee este blog, pero lee mucho y por eso la saludo.
Comentarios
-vos pediste 2 cuartos?
-si
-nada mas?
-eh... no
-bueno, aca en la bolsa hay 3 cuartos, se confundieron, no es problema mio, toma
me lleve 1 cuarto gratis y le deje 5 mangos de propina por la buena accion del repartidor, a todo esto pasa una banda de 7 flacos "bien" y uno mira la moto y dice "tendriamos que haber pedido helado, ese chabon la hizo mejor que nosotros"
termine de pagar y me fui pensando que esa noche la habia hecho mejor que 7 flacos