La angustia de los blogs...

Hola, de nuevo. Estaba trabajando y tuve la irrefrenable necesidad de expulsar mi angustia, angustia verborrágica y colérica. Creo que los blogs tienen parte de la culpa. Dejame que te explique, salame (es mi nuevo insulto).

Siendo que nosotros (el innumerable equipo que conforma "Ignomanía"), tenemos un blog; me vi obligado, necesitado y arrojado a leer otros blogs. Estudiar qué escribe, qué le pasa, qué siente, qué opina y qué inventa el resto de los palurdos que narran historias diarias en sus pequeños habítaculos de la gran red intangible. Si una de mis actividades habituales es ingresar textos en un blog, es perfectamente natural que me intrigue qué carajo ponen los demás en los suyos (no es de copión eh?).

Y me encontré con toda clase de cosas. En mi primer incursión me metí en el blog de un humanoide que escribía poesía de sufrimiento. Un Emo escritor (creía que había pocas cosas más irritantes que escuchar hablar a la hija de Calabró y verla abrir los ojos como si quisiera comerse un inocente perrito). Pero volvamos al blog del emopoeta: un golpe de codo contra la puerta del ascensor (así se siente leerlo).

No satisfecho y negado a quedarme con la primera impresión (que casi me obliga a dedicarme al malabarismo urbano con ananás), visité otro blog cuyo nombre temo dar... lo daré más adelante: un blog de una pelotuda (no quiero ser agresivo, mejor le digo "braulia"). Como decía, un blog de una pelotuda que escribe consejos para las mujeres que están o quieren estar de novias. ¿Alguien me puede decir cómo mierda llegué a entrar ahí? Lo peor, es que estos blogs tienen ese sistema de comentarios filtrados. Entonces cuando le puse (sin ser agresivo): "Sos una pelotuda y le voy a contar lo que hiciste a mi mamá", noté que nunca aparecería en pantalla. ¿Por qué restrigen los comentarios? Quiénes son? Eh? Bananas en pijamas... Si mandás tu basura en un texto, bancate que aparezca un demonio y te escriba sus verdades (eso pienso yo por lo menos).

Seguí hurgando demás blogs y lugares donde los argentinos (sólo entré a nacionales, vamos de a poco), escriben para que la gente lea. Se abren, expresan y descargan online frente a desconocidos lo que les urge en el ocote. No me parece mal, siendo que algunas cosas son cómicas y divertidas. Pero los que lo hacen serio, triste y lúgubre... me enervan la sangre (claro que lo mejor es no ingresar y no leerlos, pero qué carajo, algunos son interesantes!).

Me dije a mi mismo: Tenés que seguir, no podés detenerte, tenés que verlo todo (me lo dije en voz alta en un baño público, aviso a los que mal interpretaron), igual no lo hice. Por otro lado, gran parte de esta incursión fue por razones comerciales, no lo niego y doy como ejemplo mi famosa operatoria marketinera de "Esto es Marketing agresivo".

Basta por hoy...

Quise pegar una imágen final y no pude.